Následující text není historickou studií. Jedná se o převyprávění pamětníkových životních osudů na základě jeho vzpomínek zaznamenaných v rozhovoru. Vyprávění zpracovali externí spolupracovníci Paměti národa. V některých případech jsou při zpracování medailonu využity materiály zpřístupněné Archivem bezpečnostních složek (ABS), Státními okresními archivy (SOA), Národním archivem (NA), či jinými institucemi. Užíváme je pouze jako doplněk pamětníkova svědectví. Citované strany svazků jsou uloženy v sekci Dodatečné materiály.
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Hay una seducción del comunismo sobre todo entre mucha gente que no lo ha sufrido
Nacido en 1944 en Cuba. Su familia decidió mandarle a Estados Unidos para evitar conflictos con el régimen recién instalado de Fidel Castro.
Durante sus estudios en importantes universidades estuvo involucrado en organizaciones estudiantiles que apoyaban los derechos de los presos políticos.
Sus actividades en estas organizaciones ayudaron a aumentar la presión internacional y contribuyeron a liberar a varios presos políticos cubanos.
Acabados sus estudios, empezó a trabajar en el Freedom House. Entre muchos otros países viajó también a Checoslovaquia, donde pudo hablar con el presidente Havel y visitar la organización Hombre en Emergencia, que luego se dedicó al apoyo de los disidentes cubanos.
Desde la función de vicepresidente del Freedom House ha apoyado a los movimientos de oposición en todo el mundo.
Como director del Centro de Cuba Libre ha ayudado a la oposición interna cubana.
Frank Calzon nació en 1944. Cuando era niño, su familia vivía en una casa de apartamentos, en la cual su padre ejercía la función de encargado de mantenimiento. La Revolución llegó al poder cuando tenía quince años. “Fidel había prometido elecciones libres en 18 meses, que no hubiera más corrupción, que no hubiera más presos políticos, que la cultura pudiera generarse libremente y que él no tenía ningún interés en mantenerse en el gobierno“.Frank fue uno de los niños exploradores a los que Fidel les pidió que dirigiesen del tráfico en La Habana, ya que la Policía de Batista había desaparecido y los rebeldes todavía estaban en la Sierra Maestra. “Todos los días a las siete de la mañana venían a buscarme, para que yo fuera a una calle céntrica de La Habana a parar los automóviles. Para un niño de quince años eso era una maravilla“.Sin embargo, pronto empezaron las represiones. “El Gobierno revolucionario comenzó a fusilar primero a los batistianos, y después de un tiempo a antiguos enemigos de Batista, rebeldes, que habían luchado junto a Fidel, que no estaban de acuerdo con el régimen de Fidel“. Frank se acuerda de como cambió la manera de enseñar a los niños en las escuelas y se empezó a enfatizar la educación revolucionaria. Eso causó algunos de sus primeros choques con el régimen, y su familia decidió que sería mejor que se fuera a Estados Unidos, donde vivía su tío, para evitar una posible detención. Así viajó a EE.UU. en 1960. Después de algún tiempo se fue a Nueva York, donde gracias a los amigos de su padre consiguió trabajo en una cafetería y en un restaurante. Posteriormente se convirtió en camarero. Más tarde su familia vino también a Estados Unidos y se instaló en Miami.
A finales de 1961, Frank se unió a su familia en Miami y empezó a estudiar de nuevo. Al mismo tiempo trabajaba. Después de la Crisis de los Misiles en Cuba se alistó en el ejército estadounidense, donde estuvo activo poco más de medio año. Estudió en la Universidad Miami Dade y cuando se graduó, se fue a la Universidad Rutgers. Allí se dedicó a los estudios de Ciencias Políticas. Ayudó a fundar una organización de estudiantes cubanos que pretendía desmentir la propaganda del régimen castrista. Llegó hasta el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidos, donde más o menos en 1970 demandó la liberación de los presos políticos en Cuba. Continuó sus estudios en la Universidad de Georgetown, donde aprobó la maestría de Ciencias Políticas y conoció a su profesora, la doctora Jeane Kirkpatrick, que luego se convirtió en la Embajadora de Estados Unidos en las Naciones Unidas durante la administración de Ronald Reagan. A través de ella recibió una invitación a una cena en la que conoció a Henry Kissinger. “Con el señor Kissinger no estaba de acuerdo en algunas de las cosas. El Estado obviamente estaba buscando una manera de negociar, de conseguir un arreglo de alguna forma con La Habana. Yo le explicaba, que si quería saber lo creíble que iba a ser el Gobierno de La Habana con Estados Unidos, debería comenzar por ver las promesas que había hecho Fidel al pueblo cubano y lo que luego sucedió“. En la Universidad de Georgetown se organizó la Asociación de los Estudiantes Cubanos, que hacía conferencias y traía a expertos sobre distintos aspectos de Cuba. De vez en cuando se manifestaban en frente de la Casa Blanca en contra de cualquier concesión por parte de Estados Unidos sin liberación previa de los presos políticos. “Lamentablemente el Gobierno de La Habana nunca estaba dispuesto a soltar a los presos políticos, ni a permitir que el Comité Internacional de la Cruz Roja fuera a Cuba”. En parte debido a la labor que hacían y en parte a la labor de la Amnistía Internacional se consiguió la liberación de los poetas Armando Valladares y Heberto Padilla. Posteriormente organizaron una serie de conferencias por Heberto Padilla.
En Washington se fundó la organización Democracia Internacional, que agrupaba a los disidentes de todo el mundo, en la cual Frank fue vicepresidente. Se dedicaban a organizar manifestaciones y se apoyaban unos a otros. Después de la graduación en la Universidad de Georgetown trabajó en la Organización de Estados Americanos y luego empezó a trabajar para Freedom House, organización de lucha por los Derechos Humanos fundada por la esposa del presidente Franklin Delano Roosevelt, y que luchó intensamente contra el comunismo en Europa Oriental. Allí trabajó aproximadamente hasta 1988. Frank fue parte de la comisión que pidió en el Congreso estadounidense la liberación de Václav Havel. Cuando cayó el muro de Berlin, tuvo la oportunidad de venir a Praga y se entrevistó con el presidente Havel. “Cuando vine me dijo: Yo sé para qué me vienes a ver. Es por la relación especial entre Cuba y Checoslovaquia. Eso ya no existe”. Además de encontrarse con Havel, Frank entró en contacto con la organización no-gubernamental People in Need (Hombre en Emergencia), donde estaban dispuestos a ayudar a los disidentes en la isla. Viajó por todo el mundo en nombre de Freedom House e intentó conseguir el apoyo de importantes organizaciones, como Reporteros sin Fronteras y Pax Cristi, para luchar por la democracia en Cuba. Varias veces habló ante la Comisión de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas. Apoyó a los movimientos disidentes en Sudáfrica, Polonia etc.
En las Naciones Unidos fue agredido por un diplomático cubano, lo que creó un gran escándalo. Durante más de diez años ejerció la función de director ejecutivo del Centro para Cuba Libre. Este trabajo incluía relaciones con el cuerpo diplomático en Washington, con las organizaciones no gubernamentales de los Derechos Humanos. Desde el Centro de Cuba Libre se apoya a los activistas en la isla, y a sus familiares. “En Cuba cuando una persona está presa, no es solo esta persona que sufre, sino toda su familia. A los familiares les expulsan de las Universidades, les dejan sin trabajo”.
Frank es frecuentemente invitado a programas de radio o televisión, donde opina sobre lo que ocurre en Cuba y sobre los acontecimientos vinculados con la isla. Considera a Cuba un Estado deteriorado y destruido por el manejo catastrófico de la economía nacional, y por las perjudicadas relaciones entre los mismos cubanos. Es también crítico con el comportamiento del Papa actual, quien en su opinión no se muestra suficientemente en contra del régimen.
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Příbeh pamětníka v rámci projektu Memoria de la Nación Cubana / Memory of the Cuban Nation (Eva Kubátová)