Následující text není historickou studií. Jedná se o převyprávění pamětníkových životních osudů na základě jeho vzpomínek zaznamenaných v rozhovoru. Vyprávění zpracovali externí spolupracovníci Paměti národa. V některých případech jsou při zpracování medailonu využity materiály zpřístupněné Archivem bezpečnostních složek (ABS), Státními okresními archivy (SOA), Národním archivem (NA), či jinými institucemi. Užíváme je pouze jako doplněk pamětníkova svědectví. Citované strany svazků jsou uloženy v sekci Dodatečné materiály.

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Librado Ricardo Linares García (* 1960)

No me voy de Cuba porque considero que el escenario importante de la lucha está dentro de la isla

  • nació el 9 de junio de 1960

  • en su juventud pertenecía al Partido Comunista, del cual fue expulsado por sus ideas reformadoras

  • en 1985 empezó a escuchar la Radio Martí junto con su padre

  • fundó varios movimientos opositores, entre otros el Frente Democrático y Movimiento Cubano Reflexión, del cual es actualmente presidente

  • en la Primavera Negra de 2003 fue uno de los 75 opositores encausados

  • fue condenado a 20 años de privación de libertad

  • en 2011 recibió su licencia extrapenal, sin embargo, no se exilió al extranjero como muchos otros del Grupo de los 75, sino permaneció en la isla

“Yo era un reformista dentro del Partido Comunista,” inicia su narración Ricardo Librado Linares García, al cual nadie le dice de otra forma que “Librado”, lo cual, de hecho, es uno de sus apellidos. 

Librado nació el 9 de junio de 1960 en Cuba, entonces justo un año después del triunfo de la Revolución Cubana de 1959. Su padre era concejal y tenía problemas con el régimen. Su hermana era maestra justo en los tiempos de escasez de todo en Cuba, incluyendo profesores. Su madre era ama de casa y nunca trabajó, provenía de una familia cristiana.

Sí llegué a creer la idea del socialismo

A pesar de que después de la Revolución llegaron tiempos difíciles para la familia de Librado, dice que “sí llegó a creer la idea del socialismo”. De hecho, por su naturaleza, o como él lo llama, “la vocación de la participación en la vida pública del país”, entró al Partido Comunista, el cual se prometía grandes cosas de este joven partidario de su ideología – Librado era muy leído, tenía grandes conocimientos de historia y política, por lo cual, “siempre me vieron con grandes potencialidades desde el punto de vista ideolódigico, con una gran capacidad de transmitir ideas, de estudiar las diferencias de otra gente”, narra Librado. Sin embargo, sus ideas revolucionarias planteadas dentro del seno militante del Partido Comunista, como según la opinión de Librado, “hacía falta una revolución dentro de la Revolución”, lo llevaron a un final rápido – fue “deshonrosamente expulsado del Partido Comunista”.

La vida artificial del castrismo

Mi papá nunca comulgó con el régimen y empezó a oír la Radio Martí en el 1985,” explica. Y claro, como vivía al lado de su padre, empezó a oír la misma emisora también. Con sus experiencias de lo más profundo del Partido Comunista, no tardó en hacerse una idea de “todo un mecanismo que se encarga de darle la vida artificial al castrismo” y de toda la dinámica del sistema, contra el cual empezaba a luchar poco a poco. Es que Librado se consideraba rebelde ya a mediados de los años 80, mientras que la oposición en Cuba surge hasta a principios de los 90. A eso, como bien dice, lo llevaron sus razones intelectuales, y en el otro lado su sentido por la justicia.

La lucha no violenta

Después de su expulsión del Partido, Librado fue perseguido en sus iniciativas privadas. Fundó varios grupos opositores, entre los primeros el Frente Democrático, el predecesor del Movimiento Cubano Reflexión en el que Librado sigue interviniendo. Y justo a la hora de la fundación del Frente Democrático, llegó su primer de múltiples arrestos. Más tarde fundó justo el ya mencionado Movimiento Cubano Reflexión. “Consideramos aquel entonces y consideramos todavía que realmente de una gran reflexión a la problemática nacional, se puede encausar un movimiento ciudadano que cree una dinámica de cambio y con ello se produzca una transición. Reflexión es muy importante, que introduce en la vida cívica a la gente la democracia.” El Movimiento profesa la filosofía de “lucha no violenta”, a pesar de que en sus principios por supuesto figuraron marchas. “Pero nuestro fuerte era tener una biblioteca, prestar libros, impartir cursos, hacer eventos sociales, culturales, concursos, y este tipo de cosas,” explica Librado.

El castrismo se quedó abandonado

A finales de los años 80, cuando colapsó el socialismo real en el mundo, el castrismo se quedó abandonado, como explica Librado. “Los mercados tradicionales desaparecieron, los subsidios desaparecieron,” especifica. Y conforme empeoraba la situación política y económica de Cuba, la oposición se fue formando y Librado, por supuesto, no podía faltar.

Estuve muy próximo a la pena de muerte

“El castrismo es un sistema diseñado para excluir y aplastar,” critica Librado el sistema político cubano. Justo este tipo de proclamaciones, junto con su rol importante en varios movimientos opositores, lo llevaron también a la lista de los 75 disidentes encausados en la tal llamada “Primavera Negra de Cuba” en el año 2003. Andaba en bicicleta, camino a hacer mandado, cuando fue arrestado. Lo mantuvieron 43 días detenido hasta que llegó el día del juicio. “Yo estaba preparado para ir a la prisión, pero hasta dónde es capaz el estado policíaco de desaparecer a los…”, deja la frase sin terminar. Y con razón – la sentencia fue por 20 años de privación de libertad. “Uno se siente bastante indefenso…” narra cómo lo tomó por absoluta sorpresa la severidad de la pena. “Hubo dos instrumentos que usó el régimen para encarcelarnos. Uno fue el Código Penal, en el artículo 91, y otro fue la Ley del 88. Entonces el Código Penal, y el artículo 91, es hasta 20 años de privación de libertad, o pena de muerte. O sea, a mí me echaron veinte años de privación de libertad. Estuve ahí muy próximo a otra cosa,” agrega con una risa amarga.[1]

La banda carcelaria

En las prisiones, empezando por Villa Marista y pasando por el Combinado del Este, vivió un sinfín de cosas. Recuerda la fluctuación de guardias, el trato inhumano de los presos políticos mezclados con los presos comunes, las condiciones higiénicas extremas (como teniendo que tomar el agua directamente del retrete “turco” que era un solo hoyo en el piso, donde se hacían directamente las necesidades), convivencia con la “banda carcelaria”, prostitutas homosexuales y muchas cosas más.

El escenario nacional de la lucha está dentro de Cuba

Después de haber salido de la prisión, siguió con sus actividades de opositor, incluyendo su participación en los movimientos de Marcha Nacional o la Campaña por Otra Cuba, y otro sinfín de veces fue arrestado y multado por desorden público. Lo que ahí se plantea como una pregunta clara, sería ¿por qué no se exilió, después de haber recibido su licencia extrapenal? A eso, viene con una respuesta bien clara: “Mira, hay varias razones por qué no me marché. Primero, porque siempre tenía la firme convicción de no irme de Cuba. Ha sido uno de los momentos más difíciles del presidio, fue muy difícil, pero siempre mantuve esta posición de no irme, de no atacar la disciplina que me impusieron como preso político, como si fuera uno vulgar común. Eso me ha costado muy caro, tener esa posición, rompe lazos, por supuesto. Inclusive siempre reflexioné. Somos un grupo reducido, un núcleo más representativo de personas que siempre decidimos no irnos y hemos sido consecuentes. Porque realmente consideramos el escenario nacional de la lucha está dentro de Cuba.” Menciona el “drenaje permanente” de la sociedad que está abandonando la lucha yéndose de la isla. Pero sus razones de quedarse tienen todavía un punto de vista mucho más de corazonada más que de otra cosa: “Yo soy un cubano que tiene determinadas características, no hay otro país en el que quiero vivir que es Cuba, hay gente que es más cosmopolita, pero a mí me gusta mi atmósfera cultural, la parranda, el folclor, la gente, el clima... Yo me siento muy bien caminando por las calles de Cuba, ser un cubano que se relaciona con la gente y que vive la cubanidad del día a día.”


 

[1] Más información sobre los instrumentos legales utilizados para encausar y encarcelar al Grupo de los 75 en la Primavera Negra de Cuba en 2003, véase aquí: http://www.diariodecuba.com/derechos-humanos/1457020431_20659.html
 

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