Nunca ni por la mente me ha pasado regresar a Cuba, porque me han hecho mucho daño
Sergio Perodín nació en 1956. Viene de una familia de trabajadores humildes. También él llevaba una vida de trabajador en la Empresa de Transportes Cubana, en la sección de alimentación de los empleados. Fue a principios de los años 90, cuando empezó a sentir presión de parte de la Seguridad del Estado, que sospechaba que colaboraba con las Organizaciones de Derechos Humanos, y por este motivo comenzó a perseguirle. Como todas las acusaciones de este tipo eran completamente falsas y Sergio Perodín no se sentía confortable bajo la constante vigilancia, decidió planear un intento de abandonar Cuba por vía marítima. Gracias a sus amistades llegó a formar parte de un grupo de varias personas que se empezaron a reunir con la intención de embarcarse en un barco y salir rumbo Estados Unidos. La embarcación que fue elegida a tal propósito era el Remolcador 13 de marzo. Una vez acabadas las preparaciones, el tercer intento de embarcarse salió bien y unas 72 personas salieron al mar, entre ellos también Sergio Perodín con su mujer y sus dos hijos, entonces de siete y once años de edad. Sin embargo, la Seguridad del estado había logrado infiltrarse en el grupo y se produjo uno de los peores ataques de las autoridades cubanas contra los propios cubanos. El Remolcador 13 de Marzo fue atacado por los barcos de apagar incendios, que le echaron fuertes chorros de agua, causando así daños en la embarcación. Posteriormente, el Remolcador 13 de Marzo fue cercado por tres barcos gubernamentales, que lo hundieron, dejando así decenas de personas ahogadas en el mar, entre ellos varios niños, uno de ellos su hijo mayor. También la esposa de Sergio Perodín falleció cuando se hundió su barco. Sergio Perodín consiguió salvar a su hijo menor. Una vez recogidos del mar, fueron trasladados a una prisión y después de algo más de un mes le pusieron bajo vigilancia en prisión domiciliaria. Sergio Perodín intentó escapar una vez más, esta vez en una balsa que fue localizada por los guardacostas estadounidenses, y él junto a su hijo menor pasaron cinco meses en la base de Guantánamo. Pasados los cinco meses pudieron finalmente irse a Estados Unidos, donde Sergio Perodín logró establecer una nueva familia y vivir una vida lejos de la isla que le hizo pasar tanto dolor.