Následující text není historickou studií. Jedná se o převyprávění pamětníkových životních osudů na základě jeho vzpomínek zaznamenaných v rozhovoru. Vyprávění zpracovali externí spolupracovníci Paměti národa. V některých případech jsou při zpracování medailonu využity materiály zpřístupněné Archivem bezpečnostních složek (ABS), Státními okresními archivy (SOA), Národním archivem (NA), či jinými institucemi. Užíváme je pouze jako doplněk pamětníkova svědectví. Citované strany svazků jsou uloženy v sekci Dodatečné materiály.

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Ana Lázara Rodríguez (* 1938)

El truco es que tienes que estar un paso adelante

  • nació el 17 de abril de 1938.

  • su abuelo fue un veterano de la Guerra de Independencia de Cuba.

  • cooperó con el Movimiento de Recuperación Revolucionaria (MRR) y luchó contra la Revolución desde la universidad.

  • fue arrestada en 1961 y sentenciada a treinta años de cárcel.

  • estuvo en tres prisiones: Guanabacoa, Barbacoa y Guanajay.

  • aprendió a enfrentar el miedo, a protestar sin temor, a expresar su desaprobación y a burlarse del sistema.

  • en varias ocasiones durante las huelgas de hambre se encontró al borde de la muerte.

  • prendió fuego en la prisión de Barbacoa y logró escapar de la prisión de Guanajay por un corto tiempo.

  • partió a Estados Unidos en 1980, gracias a la voluntad de Jimmy Carter de levantar el embargo impuesto a Cuba.

Parte I

0:00 - 6:50

Mi nombre es Anna Lazara Rodriguez. Nací el 17 de abril de 1938. Mi padre comenzó a trabajar cuando tenía 8 años de edad debido que su padre se volvió loco. Llegó de la escuela, se encontró a su mamá con las cazuelas boca abajo en la cocina. Se dio cuenta de lo que pasaba y salió a buscar trabajo. Mi padre trabajo arduamente, tuvo que dejar la escuela, tuvo que vivir una infancia triste. No fue político, no fue militar, no tuvo nada que ver con la política en Cuba, sin embargo lo ha perdido todo. Yo era estudiante y comencé a luchar contra Batista. Consideré que era mi deber porque Batista era una dictadura, o sea había roto el proceso democrático en Cuba y yo creí en mi obligación defender mi patria. En 1956 supe lo que venía para Cuba, supe que todo ya estaba programado porque tenía un enamorado, yo sabía que se ha enamorado. Era joven comunista pero él no sabía que yo lo sabía. Discutíamos de política, discutíamos de literatura y un buen día lo noté triste y preocupado, empecé a indagar entonces me dijo que tenía que ser piloto. Le dije: “Cómo piloto?” Me dijo “Será cuando triunfa la revolución.” Estamos hablando del año 1956. Cuando triunfa la revolución me voy para México y ahí voy a hacerme piloto y yo le dije “Pero piloto de qué?” Me dijo “De esas avionetas.” - “Pero eso es para agricultura, eso es para tirar semillas.” O sea le presté importancia para que continuara hablando y me digo “Sí, pero eso son 6 meses. Cuando terminaré ahí me voy para Checoslovaquia, allí voy a estar 5 años, voy a regresar con los grados de comandante, voy a ser piloto de jet de combate y misión va a ser entrenar a los demás en lo que yo fui entrenador. Osea en 1956 yo me sentí dividido. En qué aspecto? Considera que se seguía luchando contra Batista, está acelerando el proceso pero si dejaba de luchar estaba aceptando una dictadura. Maduré, maduré enormemente. Decidí continuar a luchar pero se un poco más objetiva y mirar lo que está pasando a mi alrededor como si fuera una adulta ya con experiencia. Gracias a eso no me alcé, estaba todo preparando para mi alzamiento. No me alcé, busqué una excusa. Yo repartía bonos en la organización El 26 de julio pero no era del 26. Lo que hacía a esa edad era lo que hacían los estudiantes - participaba en las manifestaciones, gritaba contra Batista, repartía panfletos, o sea este tipo de labor, no importaba de que lado fuera. Gracias a esto, en una de estas ocaciones que estaba repartiendo bonos, ese mismo muchacho que ya tenía preparado todo para el día de mañana ser comandante de la revolución me dijo que el partido le había prohibido hacer nada contra Batista, o sea el partido le prohibía trabajar contra Batista. Allí fue mi primera sospecha, no puedo comprobar esto porque no tengo forma, de que Batista era una célula secreta para el partido comunista. Esto es lo que pienso y no logro entender la historia de Cuba si no aceptando esta premisa que no puedo demostrar pero de la cuál yo creo que hay muchos datos extraños que me inclinan a pensar que eso fue cierto. El comunismo no viene de improvisación y como la gente piensa que es un movimiento y entonces el pueblo lo siga etc.. El comunismo cuando se lanza ya tiene todos los frentes preparados.

 

6:51 - 9:37

Me dijo que el partido solo prohibía. El era miembro de partido comunista. Yo no traté nunca de preguntarle más, si iba a preguntar más, él iba a levantar sospecha y él no iba a informarme más. Yo me informaba a través de lo que se le ocurría hablar. Nunca traté de indagar para evitar que pensaba que estaba tratando de infiltrarme. Pero eso sí me hizo que el 1959 triunfando la revolución, inmediatamente yo estaba conspirando precisamente con la gente, la única gente que conspiraban en el momento eran los batistianos. Yo comencé a tratar de repartir propaganda, traté de infiltrarme dentro de los grupos estudiantes para tratar de hacer algo y denunciarlos yo misma. Por ejemplo la universidad lo que hacía era colocar los papeles encima de la azotea, entonces venía el viento y los repartía y yo misma los dejaba allí arriba, bajaba y cuando comenzaba a caer la propaganda yo misma la veía y allí estaba denunciando la propaganda. Era para poder hacer una denuncia repetida de la propaganda antes de que yo la recogiera. Lo que yo hacía era repetir y repetir. Cuando caí prisionera, me quemaron la mayor parte de mi expediente de la universidad.

 

9:38 - 13:20

Cuando caí prisionera, me enteré después por una compañía, era la única que se paró. Hicieron como un juicio, o sea pusieron un sarcófago, todo cubierto de negro, dijeron que yo era una traidora porque claro estaba en el grupo estudiantil y había hecho las denuncias. Yo era una traidora que quedaba condenada. Cogieron mi expediente junto con la caja y lo quemado, lo quemaron públicamente como una forma de decidir que yo ya era una persona muerta. Cuando sencillamente ya había caído en la prisión ya yo era para ellos un humano que había desaparecido. Ya yo dejaba de ser un estudiante de la universidad, dejaba de ser una estudiante de medicina y me convertía en un cadáver para revolución. Yo era considerada una traidora, era considerada una persona a perseguir para siempre. Es una de las cosas que me llaman la atención - el comunismo. Yo creo que independientemente de que sea un partido político, yo creo que ese es una religión satánica porque lo que el comunismo logra con los ciudadanos de un país cuando ocupa es que dos ciudadanos estén en completo acuerdo, piensan lo mismo pero sean incapaces de reunirse. El comunismo nos coloca, a usted y a mi, en una posición en que si yo hablo mal, usted tiene que pensar que estoy tratando de denunciarlo después a usted de que usted forma parte de un complot debido a que escuchó mi denuncia, escuchó mis quejas y no me denunció. Nos convertimos inmediatamente, cada ser humano en el comunismo, en alguien de que hay que tener. Con el cuál no podemos compartir opiniones porque no sabemos si es alguien que quiere denunciarlos más grandes. Es la cosa grave que ocurre en los países comunistas. Es que los seres humanos dejan de tener confianza los unos a los otros, piensan exactamente lo mismo pero son capaces de denunciar porque no saben si yo al hablar estoy tratando de involucrarle a usted para después denunciarlo. Eso por ejemplo yo lo recuerdo de una de las fuga de la prisión.

 

13:21 - 19:18

Caí presa en febrero 1961. Cuando uno cae en prisión, desde seguridad del estado, ellos por la forma de las preguntas, por la forma del ataque uno ya sabe si está condenado. Todo va a depender de la cantidad de tiempo. Va a depender si usted habla o no habla, si usted es capaz de denunciar algo de lo que hizo o no es capaz. En mi caso me pusieron 30 años, 30 domiciliarias - cuando terminaron los 30 años de prisión tenía que ser prisionera en mi propio hogar, no podía salir de mi propio hogar. Debido aquello tuve dos fugas de la prisión. Más tarde ellos trataron de que yo firmara un supuesto juicio, que me habían hecho para quitarme los 30 años domiciliarios, no lo acepté. Trataron de hacer esto porque ellos no conciben no poderte castigar más. Si me quitaban los 30 años domiciliaria después podían condenarme en un juicio posterior pero como yo los conocía ya, yo los decía “no no no, vamos a ahorrarnos para el segundo juicio. Yo no quiero que me quiten los 30 de domiciliaria.”. Porque así los estaba quitando la posibilidad de que me vuelvas a castigarme. Nunca lo firmé. El problema del comunismo es que cuando tú los conoces, les quitas completamente la posibilidad de castigarte más. En 1961 hubo una revuelta en la prisión y las compañeras lograron tomar la oficina y llevarse los expedientes. La primera cosa que vimos - colocaban un psicólogo para leer la correspondencia que mandábamos con la familia, una correspondencia que iba a ser leída. Pero era para ver y decía: Fulana a quién más quiere es el padre. Podemos hablandarla a través del padre. La otra tenía hijo, a quién quiere más es a los los hijos, tenemos que extorsionarla a través de los hijos. En prisión yo comprobé en una ocasión, estaba ella solitaria, le dijeron que las dos hijas (eran niñas y diabéticas) estaban en coma en al hospital que si ella renunciaba su posición y se reducaba, las podía ver pero si no, se van a morir en el hospital sin verla. Ella renunció su posición pero nunca las pudo ver. Nunca la dejaron ver a sus hijas y murieron en coma en el hospital. Porque el esposo era de las Fuerzas Armadas Cubanas, era miliciano y les trajo unos dulces enormes de oriente y se las trajo como regalo, imagínate diabéticas, las puso en coma las dos. Nunca a ella la dejaron…ella quedó en reducación y vivas nunca las pudo ver.

 

19:19 - 29:14

Yo trabajaba con el MRR. Traté de explicar a la gente de Francisco, que era el representante de MRR en Cuba, que lo que sabe Sinava era más fuerte que lo que nosotros nos podíamos imaginar. Era muy radical. Después del triunfo de la revolución yo ya estaba conspirando. Lo que yo quería era explotar los tanques petroleros que habían en la Havana, los tanques que iban a suministrar la electricidad - el suministro energético de la ciudad de Havana. Yo quería que nosotros, cuando hicieron el primer comité de defensa de la revolución, yo consideraba que si nosotros subíamos el nivel de violencia sobre el nivel de violencia de la revolución, era la única forma que podíamos triunfar. Yo me paré, todos éramos católicos en aquella reunión, y pregunté cuál de ustedes quiere perder el alma junto conmigo? Si no, volamos el primer comité de la revolución completo con los niños, los padres, los abuelos y todos los que están adentro estamos perdidos. Me miraron como si yo estuviera loca. No entendieron que estábamos jugando el destino completo de la nación. Si la violencia de ellos, si el terror de ellos era más fuerte, estábamos perdidos. Ellos creían que se podía seguir luchando como se lucha a nivel de una dictadura derecha usando los mismos métodos que contra una dictadura derecha y el comunismo no entiende eso. El comunismo lo único que entiende es que tú tengas más capacidad matar que la de ellos y yo lo comprobé en prisión. Yo recuerdo en una ocasión, estaba frustrada, estaba cansada de que cada vez que teníamos una visita, a veces había pasado un año, a veces dos años teníamos una visita y cuando teníamos algo, no era tanto la comida como era la alegría de que la familia te había hecho un dulcecito o una comidita, no era la comida, era regalo espiritual que recibía y siempre que teníamos la visita, inmediatamente venía una requisa entonces a veces te lo quitaban y a veces te lo botaban al piso. Era puramente para destruirte. Yo recuerdo en esta ocasión, había acabado de morir Pedro Ruiz Buitel entonces ellos consideraron que no era suficiente que tenían que hacer una demostración de fuerza mayor para demostrar que ellos eran los que mandaban no importaba lo que estaba pasando. Venían seis hombres con bayonetas, yo acababa de ordenar lo poquitito que había recibido, y cogí un banquito que tenía preparado pequeñito pero que tenía unos clavos enorme. Lo rompí y dije “Voy a sacar ojo!” y salí corriendo hacía ellos. De verdad que iba a sacar ojo. Cuando llegué al final me desinflé porque no había nadie, habían saliendo corriendo. Eran seis hombres con bayonetas y me di cuenta que era puramente el deseo de que tu sintieras miedo de ellos pero los que tenían miedo eran ellos. No era yo, yo no tenía miedo morirme. Allí me di cuenta que si yo no tenía miedo, eran completamente indefensos frente a mi porque lo único que podían hacer era enfrentarme con la perdida de mi vida. A mi me daba lo mismo perder mi vida. Me daba cuenta que cada día era una gota más en aquello que se estaba convirtiendo Cuba que era un país lleno de miedo, un país lleno de delatores, un país que la gente estaba dispuesta por la pretensión de poder, porque es lo único que te da, el comunismo te da la pretensión y poder cuando en realidad no hay poder. Entonces te puedes vestir un uniforme que eres tú, que tienes cierto poder aunque en realidad no tienes ninguno. Llegaron a no querer interrogarme por esa razón porque yo les decía que yo entendía que la gente, por ejemplo robaron banco aunque yo no estaba de acuerdo con el robo del banco, yo entendía que si alguien robaba un banco pues iba a tratar de tener un poder adquisitivo, iba a tratar de tener dinero, iba a tratar de tener lujo, pero en el caso de ellos cambiaban el amor a la patria por una traje que parecía bueno y no lo era, por unos zapatos que parecían buenos y eran plásticos, por un carro prestado, por un apartamento prestado y que todo eso lo vendían a cambio de nada porque ligeramente se portaban mal y no tenían poder ninguno.

 

29:15 - 38:02

Cuando yo me di cuenta que la historia no se escribía como decían que se escribía - voy a poner un ejemplo: Cuando yo era niña, mi mamá me ponía a cuidar a mi abuelo. Mi abuelo fue veterano de la guerra de independencia de Cuba. Mi abuelo comenzó a luchar con 14 años y era de las tropas Antonio Maceo. Mi abuelo me contaba la historia de como a él lo entrenaron. Él adoraba Maceo, el lloraba y lloraba y lloraba cuando me contaba la muerte de Antonio Maceo pero yo era una niña. Entonces él me decía: “A mi me dieron la orden de que si yo oía este sonido de trompeta, quería decir retiraba y yo tenía que salir huyendo junto con la tropa. Pero que si yo oía este otro sonido de trompeta, quería decir a combate y sí yo veía algún hombre tratando de huir del combate, mi labor era llegarle a la cabeza, yo tenía que matarlo.” Mi abuelo todavía lloraba cuando recordaba pero yo entendí porque las tropas de Maceo eran mucho más valientes que el resto de las tropas. Cuando yo llegué a la escuela y en la escuela me trataban de explicar la historia de Cuba, yo me daba cuenta que yo sabía más de la historia de Cuba, realmente como se hizo, y no como me la contaban. En la escuela me explicaban que las tropas de Maceo eran las más valientes que lograron muchas cosas, todas las batallas y toda la heroicidad de las tropas pero yo era la única que sabía porque las tropas preferían morir por el tiro de enemigo a morir por el puedo ir cobardemente de una batalla. Yo me sentía adulta al lado de la maestra. Nunca dije nada pero sentía que yo me sabía mejor la historia de Cuba y las razones por las que una batalla no se pierde y las razones por las que una batalla se pierde. Eso yo aprendí en la infancia. Aprendí un poquitito antes, muchísimo antes. Yo todavía no sabía leer, escribir y yo recuerdo que vimos uno avances de una película y era la película de King Kong. Yo recuerdo que yo me pasaba el día, las tres o cuatro veces le preguntaba a mi mama qué día es hoy porque lo que me aprendí era el día que iban a poner la película. Cada vez yo era más traviesa y mi mama como una semana antes me dijo: “Sabes qué? Estás castigada. No vas a ver la película.” Y yo pensé: “Bueno, yo voy a ver la película.” Comencé a robar dinero y esconder cosas. El día de la película salí con todo ese dinero. Pensaba que para ir al cine había que ir vestida bien. Me puse un vestido de salir, los zapatos de salir. Llegué al cine, llegaba a la taquilla, me tuve que poner en punta, dar un salto y poner el dinero. El hombre me dijo: “Tú estás sola?” Y yo le dije: “No, mi mama viene detrás pero me dijo que le guardara el asiento.” Entonces use mucho dinero, el hombre me dijo que son 5 centavos. Me devolvió y entré en cine sola. Me senté en el primer asiento. Aquello para mi fue horrendo. En Cuba no había doblaje. Era escrito debajo lo que estaban diciendo los personajes pero como yo no sabía leer, yo no me enteré lo que paso con el King Kong. Lo único que entendí fue que King Kong se cogía las mujeres y se las llevó. Yo sentí terror. Y dije: “Bueno, yo soy mujer. Cuando salga pues posiblemente King Kong me está esperando.” Un niño no puede entender que esa imagen, totalmente falsa, y que King Kong no existía…yo sufrí enormemente. Yo me fui por las afueras del pueblo pensando que me están esperando en cualquier momento con mi familia. Noches y noches…no sé cuantos meses no dormía. Todas las noches rompiendo mosquitero, todas las noches aparecía en el piso. Mi mamá me preguntaba todos los días que que me pasaba que estaba rompiendo el mosquitero. Pero yo me negué a hablar porque si le digo que era por la película entonces guardé silencio hasta un día que pensé “esto no es vida”. Cualquier ruido yo creía que era King Kong. Cualquier sonido - el techo de mi cuarto era de zin, por lo tanto de noche “krk” sonaba porque se enfriaba. Cualquier sonido me aterrorizaba.  Hasta que un día salí con cuidado, me paré afuera, primero bajito llamé a King Kong, no estaba. Después grité, no estaba. Me convencí que King Kong no existía y me convertí en atea porque pensé “si King Kong, que yo lo vi, no existe, pues Dios tampoco”. Estuve años sin creer en nada pero lo que si me enseñó fue anotar el miedo. Me enseñó que si yo enfrentaba aquello que tenía, pues nada más que podía tener un solo resultado pero no tenía el intervalo de sufrimiento. Me hizo darme cuenta que si yo enfrentaba las circunstancias que vinieran delante pues no me podía pasar nada o me podía pasar una sola cosa que fuera el final.

 

38:03 - 41:30

Cuando yo me pongo a pensar que Estados Unidos dicen que no sabían que Fidel Castro…como va a ser posible que una agencia central de inteligencia de un país no sepa lo que yo, que era una adolescente, sabía lo que venía para Cuba y que una central de inteligencia con agentes dentro de Cuba no supiera lo que estaba pasando. Eso me hizo pensar que posiblemente las agencias norteamericanas estaban infiltradas desde mucho antes. Por qué yo pienso eso? Entre nosotros cayó una francesa. Cayó por espionaje en Cuba, en la prisión cubana. Ella entró en Cuba 8 años antes de que comenzara la revolución. Su misión era informar exclusivamente como evolucionaba la transformación. Si los servicios secretos franceses 8 años antes de que pasara algo en Cuba supieran lo que venía, como que los norteamericanos a 90 millas no iban a saber. Ella sí, sabía. Los servicios secretos franceses sí, sabían lo que venía para Cuba. Ella aparecía en los archivos de partido comunista francés, aparecía como miembro del partido. Ella llegó a trabajar en transporte en Cuba. Llegó a tener una posición alta en todo el transporte en Cuba. Un buen día le dijeron que tenía que trasladarse rápidamente para oriente en un viaje imprevisto y ella supo que estaba cogida. Ya debe de estar muerta, se llama Paulette Seiher. 

 

41:31 - 52:56

Cómo ocurrió que la detuvieron? Bueno, vinieron a buscarme a mi casa. Llegué del cine, había ido a ver una película y llegué del cine y mi mamá de dijo: “Unos compañeros de la universidad vinieron, ya han venido como tres veces, a visitarte.” Y yo supe que estaba cogida. Yo supe que eran ellos porque ningún compañero de la universidad no iba a venir hasta mi casa a verme y se iba quedarse sentado esperándome. Yo sabía que estaba cogida. Podía escapar. Sabía como escapar por la azotea de mi casa y desaparecer pero si hacía esto cuál de mi familia iba a caer prisionero..o todos..no sé, o cuál de ellos, no sé. Entonces tenía que decidir entre la libertad mía y la de ellos y me quedé. Pero me llené de ira porque era una cantidad de gente tan ignorante, tan sin maneras, ni siquiera eran militares, ni siquiera eran del servicio secreto. Eran tipos que venían a tratar de producirte miedo con una pistola en la mano, con maneras de guaposo. Yo esperé pero sentada en el automóvil cuando me iba con ellos, tenían puesto una emisora de Radio Rebelde, toda con propaganda y yo le dije: “Apaguen el radio que me molesta.” Y me dijo: “Ahora te tienes que subyugar la revolución.”  Y le dije: “No, ahora ustedes verán lo que se van a subyugar.” y comencé a cantar Ave Maria, yo tenía muy buena voz, comencé a cantar todo lo que da y la gente me decía: “Cállate!” Dije: “No, se callan ustedes y me callo yo. O sea se calla el radio o me callo yo.” Entonces seguí cantando Ave Maria hasta que no pudieron más y tuvieron que apagar el radio. Eso después lo use cuando ya llevaba como seis días sin dormir en seguridad de estado. No podía dormir porque el calor es espantoso. Me llevaron en Quinte Catorce. Había que salir al baño fuera, el baño lo mismo era para hombres que para mujeres. El piso era sucio…era una pesadia. En la celda habría unas 16 mujeres. Ya llevaba muchos días sin dormir. Escuchábamos gritos. La celda que estaba al lado de la nuestra era de hombres, eran militares castigados. Constantemente estaban entrando a uno, sacando a otro, la gente que sacaba a interrogatorio gritaba. Me bajaron a los seis días. Era una habitación cerrada, había un frío riquísimo y me di cuenta que me habían puesto allí para que me congelara. Pero a mi aquello era el paraíso. Coloqué las sillas en manera para que no me cayera y me acosté y me rendí. Estuve horas así. De pronto se abrió la puerta, llegaron ellos con guantes y con abrigos de pieles. Oí uno que decía: “Ella no puede estar dormida. Se habrá muerto.” Me tocaron y yo dije: “Aquí no dejan a dormir a uno.” Entonces dicen: “Ella estaba dormida de verdad.” Era verdad, yo estaba dormida. Me sentí descansada y me sentí dueña de la situación. Comenzaron a hacerme preguntas, era mi primer interrogatorio. En el primer interrogatorio dije: “No, no, no puedo dar nombres porque eso me pone nerviosa. Al final yo voy a dar nombres.” Aquello era una novela de ciencia ficción lo que yo dije. Yo había no se cuantas cosas he hecho pero siempre era con alguien que me estaba ayudando. Ya aquél hombre estaba agotado. Eran horas y horas y me dice: “Cuando me vas a dar los nombres?” Le dije: “Cuántas páginas tenemos escritas mas o menos?” Y me dice: “Tenemos como 55 páginas.” Y yo le dije: “Bueno, fíjate, que la primera bomba fue con Raúl Castro, la otra con Vilma Espín.” Aquél hombre cogió un ataque de rabia. Empezó a golpear la maquina. Le pregunté: “Quién es el jefe aquí?” Y me dijo: “Yo!” Y le dije: “Pero cómo es posible si es el más retardado?” Se empezaron a burlar de él y se fueron. Eran 5 hombres y el sexto escribía el protocolo. Todos estaban con guantes, con chaquetas de piel cerradas porque había frío en el lugar. Ese tipo de actitud mía los desmoralizaba mucho. Pero claro me cogieron un odio espantoso. Allí en seguridad no usaron violencia. Yo logré allí que quitaran el baño para que fuera común. Pedí ir al baño, cuando fuimos dije: “Aquí no entra un hombre más porque yo estoy limpiando los baños estos para nosotras, para las mujeres que lo usamos aquí, yo no estoy limpiando el baño para un miliciano. No entran!” Me paré en la puerta y dije: “Yo voy a dar golpes. No entra más nadie!” Tuvieron que cambiar que el baño fuera para nosotras. No me di cuenta si la violencia mía era mayor que la de ellos. Lo único que podía coger era algún golpe. Casi ninguno estaba tan enamorado de la revolución como para arriesgar la vida. En realidad me di cuenta que no había mucha gente dispuesta a morirse y que había mucha menos dispuesta morirse por la patria. Es triste.

 

52:57 - 1:04:35

La gente que me interrogaba era analfabeta, sabían leer y escribir pero ninguno era de nivel universitario, ninguno era ni siquiera de nivel bachillerato. Era gente que sabía montar el carro. Ese es el tipo de gente que más usan ellos porque es el tipo de personas que ellos usan y después las descartan. Lo hacían a través de la prisión. Yo recuerdo una ocasión eso fue en la prisión de Guanabacoa. Las condiciones eran infrahumanas. Cogimos golpes. Yo recuerdo que querían hacer una requisa, nos negamos, tiraron gas lacrimógeno en la galera entonces la gente se ponía paños en la cara, cogían el gas lacrimógeno y lo tiraron para fuera de nuevo. Hubo golpes, partiduras de cabeza y claro, decidieron que el grupo de nosotras nos iban a llevar para la solitaria. Me hicieron una entrevista antes de bajarme a la solitaria. La solitaria es la celda tapiada sin luz, sin agua, con muchas cucarachas, el agujero donde se hacen las necesidades siempre tiene ratas que salen. En Guanabacoa era un vivac convertido en prisión después. Vivac es tipo de prisión antigua que era temporaria. Usted caía antes del juicio lo tenían allí en el vivac. Después lo convirtieron en prisión. Era de la época española por lo tanto era de piedra cantería que siempre es muy húmeda. Las ratas eran milenarias, ya tenían la experiencia en todas galerías que tenían. Las ratas salían de agua negra del baño y allí caminaron. Es el lugar más sucio en que yo he tenido que estar. Como tenía anemia por la mala alimentación, ya tenía dos menstruaciones sin nada con que cubrirme. Absolutamente nada con que cubrirme. Cuando tu estás en estas condiciones, la profusión de sangre era mucha. La ropa estaba cartonada, la piel de los mulos era una costra gruesa entonces al moverme rajaba la piel y la piel sangraba porque era una costra gruesa de menstruación. No tenía agua para tomar y el olor era espantoso. El olor de mi cuerpo y del lugar era espantoso. En esa ocasión llegó un individuo dice él de seguridad de estado. Cuando entró, yo me di cuenta que no pudo aguantar el olor y me dijo: “Vamos a abrir la puerta para conversar más cómodo.” Y yo le dije: “Yo no té mandé a buscar. Así que si quieres conversar conmigo, conversa con la puerta cerrada y sumbate el mismo olor que me estoy sumbando yo.” Con la misma me paré y le dije: “Mira, si tu fueras hombre, a mi me da pena, conversar contigo esto, pero aquí entre nosotras”, y le agarré la mano, se la coloqué en mulo y le dije: “estas son dos menstruaciones sin poder bañarme y cuando me traer el poquitito de hambre, la tengo que tomar o morirme de sed.” Él estaba sudando y me dijo: “Lo que yo venía averiguar era porque estabas protestando.” Y le dije: “Yo no estoy protestando absolutamente nada, yo estoy en la ribera francesa, tomándome un daiquiri y mirando el mar. Eso donde yo estoy.” Se levantó y me dijo: “Te voy a resolver.” Y le dije: “No, tú no me puedes resolver porque para resolver tendrías que liberar el país y tú no tienes valor para esto.” Unas horas después nos trajeron agua y el día siguiente nos subieron, no sacaron de las tapiadas. Pero mi conversación con el director de la prisión antes de bajar a la tapiada, él me dijo (sería un hombre de 21 años, muy joven, se creía como le habían dado el cargo de director): “Tenemos sobre la cabeza la bomba atómica americana y yo no tengo miedo.” Yo le dije: “Mira, mi amor, tú no tienes la bomba atómica americana sobre la cabeza, lo que tú tienes sobre la cabeza es pura mierda. Sabes por qué? Tú te crees que el eslabón en esta cadena más débil soy yo y tú lo que ignoras es que el eslabón de esta cadena más débil eres tú. Te estoy pronosticando que vas a perder el cargo de director y te voy a explicar por que. Yo voy a bajar a la tapiada, voy a estar en huelga de hambre, no voy a ceder, el ministerio va a seguir presionando a ver si sedo, yo no voy a ceder. Entonces el ministerio para poder salir del problema de que me muero allí o resuelven, no va a decir que se equivocaron. Van a decir que tú te equivocaste como las órdenes aquí no son por escrito, son verbales, entonces él que se equivocó fuiste tú. Ellos vienen a pedir disculpas porque tú te equivocaste, me sacan de la tapiada, me dan comida, me ponen en un lugar un poquito mejor y él que perdió el cargo del director, eres tú. Eso para que aprendas cómo es la revolución que estás defendiendo.” Y efectivamente fue así. Lo botaron, dijeron que había excedido las órdenes, que no eran órdenes que ellos habían dado. Por eso nos subieron y nos dieron un poquito mejor de comido por unos días. Yo tuve que estar una semana bañando me tres veces al día para poder salir (porque si raspaba muy duro me rompía la piel) de la costra dura de menstruación que tenía yo de la menstruación en el cuerpo mío. Me bajaron en la tapiada y me puse en huelga de hambre. Eran de 15 a 20 días. En esas condiciones no aguantas más. La cantidad de agua era un vasito de plástico dos veces al día. Con esa cantidad te la tomas porque si no, te mueras de sed. La sed es espantosa. 

 

1:04:36 - 1:10:17

Entre la detención y juicio..a mi me llevaron después de seguridad de estado…yo logré ver a mi papá, medio de aquello me dijeron que tenía visita. Me bajaron y le dije a mi papá: “Cómo fue posible que te dieron visita?” Y me dijo: “En todas partes del mundo siempre hay alguien que se vende.” Fue todo lo que me dijo. Entonces el sobornó alguien para poderme ver. Para saber que yo estaba viva. Mi familia debido a mi prisión tuvo que sufrir mucho. Mi papá tenía un comercio, cuando le quitaron la propiedad de comercio, casi toda la semana le hacían requisas en la casa revisando para ver si tenía un poco más de arroz o una lata de comida. Mi familia sufrió muchísimo. A ellos los torturaron porque yo mantenía esa posición en prisión - cualquiera que visitara la casa fuera alguien sospechoso entonces empezaron a interrogar la gente que visitaba la casa para que no visitara más. Recuerdo, por ejemplo, hubo un tío, Vicente, el tío mío, Vicente era él que me llevaba a guardería. Yo tuve encefalitis porque el sarampión y me quedé inválida a los 3 años. De momento me llevaba cargada porque estaba inválida. Entonces en una ocasión yo estaba en tapiada y Vicente fue a visitar a su hermana (que era mi mamá) y mi mamá le dijo: “Hay Vicente, estoy tan triste porque mi hija está en una tapiada y está en huelga de hambre y se me va a morir.” Y él le dijo: “Bueno, si se va a morir, algo hizo. Los míos están en el Angolo.” Yo lo encontré normal lo que hizo pero no encontré normal que se lo hizo a su hermana. Pasaron muchos años. Cuando yo salí a la libertad, estoy en la Havana esperando que alguien de moviera de lugar, de libertad y lo vi allí parado. Y le dije a Miriam, que es la que estaba sentada allí que fue mi compañera de prisión pero que en este momento tiene la mente ya malita. Le dije: “Miriam, ves a este señor que está allí? Es exacto a mi tío Vicente. Lo único que yo sé que no puede ser Vicente porque hace mucho años lo enteré y lo lloré. Así que no puede ser Vicente porque ya está muerto.” Le dio tanta ira que se enganchó y se mató. Fue la última vez que lo vi. Ya está muerto.

 

1:10:18 - 1:16:08

Me di cuenta que él creía que yo iba a tener un término bastante rápido, que en realidad debido a que el ser humano no cambia porque esté en una ideología difícil, aquello iba a ser un estado temporal de quizá un poco tiempo, pocos años, y me dio tristeza pensar que nunca más lo volveré a ver en libertad porque él tenía cirrosis hepática y yo lo sabía. Nunca había bebido, era por la época que no se sabía - la gente no sabía que habían también causales que eran virales pero yo lo sabía - y yo sabía que no íbamos a volver a vivir nunca más una vida común en familia porque aquello iba a ser mucho más largo de lo que él pensaba. No se lo dije pero yo sí, sabía. Recuerdo que yo estaba en Guanabacoa y alguien tenía un radio y oíamos Radio Suam que era la emisora que supuestamente transmitía de lo que estaba desarrollándose para la libertad de Cuba más tarde y la gente sentía esperanza cuando oía Radio Suam y yo vigilaba el cielo. Cuando supuestamente bombardearon la base de San Antonio para destruir los aviones cubanos, yo supe que no habían destruido nada. Si te parabas en la reja, en la última parte de arriba de la reja, se veía la antorcha de Laveloso, la refinería de petróleo, se veía la llama. Yo oí cuando prepararon las cincuenta (calibre 50 es un cañón) arriba del techo y le dije a miliciano: “No te vayas a caer para bajo porque estos techos no aguantan unas cincuenta porque era la construcción de la época de España. Era la piedra cantería. Pasaban una madera bien buena pero el techo estaba lleno de coco para cerrar y le ponía chapapote arriba pero esto no estaba preparado para poder tirar. Yo vigilaba y vigilaba y yo vi cuando calló en el mar a una distancia como de una milla, donde estaba el Laveloso, las bombas que supuestamente iban a destruir la refinería. Yo sabía que todo aquello era un farsa. Eso sería el 15 de abril 1961.

 

1:16:09 - 1:24:42

El juicio era una farsa total. En el juicio mío había cinco penas de muerte. Tres de ellos eran menores de edad. Uno de ellos tenía madre mexicana. Él me dijo: “Mi mamá está tratando que venga el embajador al juicio. Si venga el embajador, quita las penas de muerte.” Pero el embajador no llegaba. Entonces propuse alargar el juicio para que le dará tiempo al embajador para que llegara. Cómo hacerlo? Nos trajeron comida, unos sandwich enorme, entonces había una perra china que le llamaban en Cuba que son estos perros que no tienen pelos, la llamé, andaba por allí. Estábamos en el juicio en la cabaña. La perra andaba por allí, la llamaba a la perra y Flores Ibarra hablaba de la magnífica revolución y de la justicia durante la revolución entonces cuando él hablaba de eso, le di un pedacito de jamón a la perra y le pisé la patita y el perro empezó a ladrar. Empezaron a correr los guardias detrás de la perra, paraban el juicio, corrían y corrían la perra y nunca lograron a cogerla. Pero yo sabía que la perra volvía. Cuando se volvía el juicio y él volvía la retórica de la revolución, yo preparaba el pedacito de jamón para la perra que volvía. Siempre ocurría lo mismo, siempre paraban el juicio hasta que llegó el embajador. Por lo menos el juicio cambió las 5 penas de muerte por 30 años de prisión. A mí me pusieron los 30 domiciliaros por todo lo que hice. Por toda interrupción que hice en el juicio, por la pobrecita perra que no tenía culpa de nada. Todos eran miembros de MRR que era el Movimiento Recuperación Revolucionario. Dentro de grupo era una infiltrada, Isis Nimo. Casi todos tenían confianza en ella, yo sabía que ella no era buena persona que era muy infiltrada de seguridad de estado y lo supe porque Olga Macia, otra que estaba en el grupo luchando, sabía de un apartamento donde nos podíamos esconder con seguridad porque la gente se había ido de país clandestina y ella tenía la llave del lugar. Y yo le dije: “Olga, Isi Nimo es infiltrada.” Dice: “Cómo lo podemos comprobar?” Le dije: “Bueno, yo le puedo inventar una historia. Tú conoces por aquí alguien de que estás absolutamente segura que no está conspirando?” - “Sí, la gente de frente. Esta gente simpatiza con la revolución.” - “Bueno, yo le voy a decir a Isis que estoy esperando un cargamento de armas y voy a empezar a fabricar la historia. Después le vamos a decir donde lo colocamos y lo colocamos dentro de esta casa. Nosotras esperamos para ver lo que ocurre. Si ella está infiltrada, va a revisar el lugar por supuesto.” Me dijo que le parecía bien. Empecé hablar del cargamento que iba a tener necesidad, que voy a necesitar un camión…fui inflando hasta que un día le dije que lo metí en una casa, en tal lugar. Con Olga fuimos al apartamento y vimos que a las doce de la noche entró seguridad de estado a la casa y desbarataron la casa. Lo vimos por las persianas. Estábamos completamente seguras, Olga y yo, que Isis estaba infiltrada pero los de más como habían luchado con ella el 26 de julio y tenían confianza absoluta en Isi y ella fue la que entregó la bomba en un parque a dos de menores de edad y cuando se fue, llegó la seguridad, cogieron a esos dos…ella fue la que infiltró el grupo.

 

1:24:43 - 1:36:39

Primera cosa que te pasa en la prisión es hambre. Nosotros llamamos checa a los platos en los que nos ponían la comida. Eran de aluminio, grandes, y se suponía que llevaban el pan..pero no era así. Los platos nunca los fregaban. Venía uno sobre el otro, diez platos en una bandeja porque había poca comida. Entonces a veces uno tenía en la yuca pegado un pedazo de otro plato. Entonces lo primero que uno aprende es pasar hambre hasta que uno se da cuenta que come o se va a debilitar. Tiene que decidir, empezar a inventar que fue lo que hicimos, inventar lo que llamamos el chonch. Era ladrillos preparados con resistencia para recalentar un poco aquella comida y por lo menos quitarle la suciedad que podía traer. Lo primero que uno aprende es a sentir hambre e ignorarlo. Lo único que uno no logra a aprender nunca es sentir sed e ignorarlo. La sed es espantosa. La sed nunca puedes ignorar. El hambre si, llegas a tener un dominio tan grande que por ejemplo cuando llevas varias huelgas de hambre, aprendes que el primer día sientes hambre y cuando empiezas completamente a ignorar la comida puedes llegar hasta un estado de debilidad tal que sepas que puedes morir pero no sientes hambre. El organismo desde el punto de vista médico, por eso no hay ningún gordos en los campos de concentración, porque el organismo lo primero que usa es la grasa. En el hígado la grasa la convierte en aminoácido y el aminoácido es proteína. O sea tu organismo comienza utilizar la grasa para proteger corazón y celebro. Tu organismo comienza a usar el aminoácido para que tú celebro siga funcionando y tu corazón también. Cuando termina con la grasa, comienza a usar los músculos. Comienzas a tener menos músculos que convierte también en aminoácido para seguir defendiendo tu celebro y corazón. Y es increíble como tú llegas a saber, por ejemplo en una de las huelgas de hambre, la primera pregunta que me hacían era: “Tú eres diabética?” Yo decía: “No.” Pero yo ya sabía que los niveles míos de azúcar estaban altísimos defendiendo mi celebro y corazón. En Cuba llegaron a morir, tuvieron que eliminar físicamente algunos hombres que llegaron prácticamente a consumir todos sus músculos y ya empezaban a consumir sus huesos cuando los tuvieron que matar porque seguían vivos en huelga de hambre. Ellos nunca te atienden médicamente menos que estés en una huelga de hambre, vienen a ver tu presión porque la presión dice cuánto tu tienes y si aprendes a manejar tu presión, yo la sé manejar todavía, o sea en huelga de hambre yo lograba tener 40 de máximo y sin ninguno mínimo. Yo los veía cuando se miraban y cambiaban el aparato porque no podía ser, me volvieron a tomar la presión y yo hacía el ejercicio para bajarla hasta que asustaban y empezaban a negociar conmigo. Yo siempre les decía: “Déjenme morir tranquila.” Durante la huelga de hambre más larga me estaba muriendo. Me llevaron al hospital militar. Soñaba que había una bruja que me venía sacar la sangre con uno que pretendía ser médico pero que trabajaba para la bruja, ellos me estaban sacando la sangre de verdad pero yo lo transformaba en un sueño. Fue hospital militar de la seguridad de estado. Recuerdo que llegó un hombre y me dijo: “Blanca, ven aquí, ven hasta la reja. Te va a costar trabajo pero ven hasta la reja.” Me entregó un litro de leche y me dijo: “Esta leche es triple A, esta leche aunque vomites, tienes que tomártela. Dásela a la otra y para ti. Cuando termines con el litro, devuélvemelo. Por la mañana vas a oír golpes y tiros, disfrútalo. Porque este litro de leche es del hijo de puta, jefe de esta sala y siempre está endrogado allí. Puedo hablar contigo porque él no está, está allí tirado, usa drogas. Así que todos los días yo voy a robar comida para ti. Cómetela porque si no, te vas a morir y disfruta por la mañana. Era un individuo de rasa negra, era guardia. Efectivamente por las mañanas escuché golpes y gritos. Después me trajo pastel de carne etc. Mejoré, me salvé, en esta ocasión yo creo que sí, me estaba muriendo. No lograba darme cuenta de lo que estaba pasando a mi alrededor. Era realidad. Yo lo mezclaba con sueños, con fantasía. Oía conversaciones y yo creía que eran fantasías. Después de litro de leche aquel comencé lentamente recuperar. Fueron muchas comidas las que el hombre robó por mi. Un día me abrió la reja y me enseñó un paquete que acabó de llegar. Era una caja entera de paquetes de cocaína. Al rato venía otro carro a recogerlo. El hombre me formaba y yo no sé como se llamaba, no se quién es, es alguien que me salvó la vida de seguridad de estado. Y también le salvó la vida a Miriam que estaba allí. 

 

1:36:40 - 1:38:59

El primer lugar fue la Quinta Catorce, seguridad de estado, debido a que me porté tan mal me sacaron bastante rápido en comparación con las de más. La primera prisión fue la de Guanabacoa, era la primera después del juicio. De allí me llevaron a prisión Guanajay. De allí me llevaron a Baracoa, castigada porque hubieron dos fugas. Nosotros logramos cubrir la primera fuga durante más de 20 días. Nos movíamos constantemente y empezábamos incriminar: “Mira, ya este día no tengo zapatos que ponerme.” No era una forma agresiva si no una forma de entretenerla y ella, les costaba mucho trabajo de contar. Cuando llegaban al final, me daban número entonces yo volvía: “Hija, mira, hace tantos días que no nos traes correspondencia entonces uno no se entera de su familia…” O sea hablando boberías, era yo y cinco más que cubríamos de esta forma, nos parábamos en la fila, hablábamos. Estábamos cubriendo fuga de tres mujeres.

 

1:39:00 - 1:46:49

Yo creo que es importante ahora cuando se está tratando de borrar la historia, que para todo decimos “pasa pa página”. Pero no es así porque el ser humano tiene que saber dónde están los errores para tratar de no cometerlos de nuevo. Y no se puede ignorar nada de lo que ocurrió. Yo recuerdo el orgullo que yo sentí. Fugaba en 1965 en el medio de Havana perdida porque no sabía por donde estaba caminando. Margaritas Blanco que iba conmigo fugaba me dijo: “Vamos a preguntarle al ruso ese que viene por allí para ver si sabe donde estábamos.” Él oyó perfectamente y dijo: “Yo soy ciudadano de la república ocupada Checa.” Lo dijo con orgullo. Se sentía orgulloso de ser checo y se sentía orgulloso de a pesar de estar en un país ocupado como Cuba, informar que él consideraba a su país ocupado. El comunismo siempre es ocupación. La fuga era en Guanajay, era prisión de máxima seguridad. Ellas lograron saltar el primer muro, después era otro muro con los guardias. Me imagino que se rastrearon, ya no podíamos verlas. Era un terreno mas o menos de dos cuadras. Pero si supimos que habían logrado de irse. No sonaron las alarmas, no había guardias corriendo. Decidimos cubrir para que no salieran a perseguirlas en la calle. En esa época, en 1962, todavía había embajadas en Cuba. Ellas lograron irse por embajada y cuando los embajadores anunciaron que tenían personas dentro de la embajada, con los nombres, fue el momento que ellos se enteraron. Antes de eso logramos de cubrirlas. Cuando se enteraron, montaron en cólera porque habían logrado fugarse tres prisioneras y habían logrado las de más burlar la vigilancia. Era doblemente. Allí comenzaron castigos fuertes hasta que el traslado para Baracoa, fue una forma de castigo, además ausencia de visitas, requisa constante, insultos, te encerraban y no te dejaban salir a comer y a bañarte. Todos en la celda. Y te ponen alto parlantes como una forma de tortura porque la celda está cerrada cuando te ponen alto parlantes. Muchas de nosotros se les rompió el tímpano. Tenían sangramiento por los oídos. Casi siempre ponían signos de la revolución, ruidos de tren y ruidos. Tuvieron que quitarlo porque la guardia ya no lo pudo aguantar. Nosotras intentamos guardar silencio mientras sonaba los alto parlantes. Paraban cuando venía la comida o cuando venían decirnos algo entonces gritábamos y protestábamos. Llegó un momento que lo tenían de noche también y la guarnición no pudo aguantarlo más y dijeron que era tortura muy grande para ellos y no podían dormir. A veces era 24 horas al día solo que paraban para la comida.

 

1:46:50 - fin de parte I

En varias ocasiones nos colocaron con presas comunes. Pero siempre decidimos huelgas de hambre a morir. Eso lo usaron cuando nos sacaron de prisión y después también contra los de más. Mezclaban las prisioneras, cuando mezclan con las prisioneras comunes, las prisioneras comunes te delatan por cualquier cosa - si estás escribiendo una carta clandestina, donde escondes cosas clandestinas - los principios y la limpieza y la moral y las razones por las que estás allí están completamente diferentes. Nosotras sabíamos que no podemos permitir que nos mezclaran. No las insultábamos a ellas, les explicábamos las razones por las que nosotras decidíamos las huelgas de hambre para ser separadas de ellas. No les faltábamos el respecto pero les explicábamos perfectamente que la causa nuestra no tenía nada que ver con la prisión de ellas. Lo entendían. Recuerdo una de las prisioneras comunes que ellos mataron - se llamaba Kimi Wanky - era una prostituta, ella estudió en buenos colegios en Cuba. La mamá de ella era cocinera en casas de gente rica entonces ellos le pagaban la escuela. La vestían bien entonces cuando empezaban a dar las clases de que la revolución iba a quitar la prostitución porque la  prostitución era producto de la sociedad de consumo etc. ella saltaba y decía: “Eso es mentira. Yo fui a colegios buenos, yo me crié en colegios católicos, yo tengo buena educación, yo decidí ser prostituta porque me daba ganas de ser prostituta pero nadie me metió en la prostitución por la pobreza porque yo no era pobre.” Ellos la sacaban de las clases, la golpeaban, la metían en la solitaria, ella cogió muchos golpes y al final en una de las salidas que tuvo de prisión le mandaron un individuo que la golpeó, le metieron 26 buñaleos, ella esperó sangrando en el piso a que pasara lechero y le dijo: “Me golpeó fulano de tal, me mató por el orden de la seguridad de estado y se murió.” Nos lo contaron. No me acuerdo el nombre. Ella fue una de las personas que nos ayudó dentro de la prisión común a explicarles a las comunes la diferencia que existía entre por lo que nosotras luchamos y entre por lo que ellas estaban allí. Ellos también fueron crueles con las comunes, extremadamente crueles. Cuando a mi me dieron la libertad, ellas tumbaron las rejas del pabellón donde estaba al amanecer empujándose una a otra gritando: “Vivan las presas políticas!” Porque ya ellas sabían por las que trabajaban en la oficina que venía la libertad de nosotras. Ellas insistían en que le dijéramos al pueblo americano todas las cosas que estaban haciendo contra ellas, muchas de ellas se mataron en prisión por la cantidad de torturas, de golpes y de abuso que cometieron contra ellas. Si con nosotros hicieron esto..imagínate..la prisión común en Cuba, por lo menos en esa época, fue horrenda, las prisiones todas fueron horrendas. Pero con ellas se podía ensañar porque por lo menos nosotras teníamos familias que venían a vernos, teníamos alguna gente que denunciaba lo que estaba pasando. Ellas no tenían a nadie, nada más que a nosotras. Nunca pasé más que dos semanas entre las presas comunes. El problema es que como nosotras las explicábamos, yo recuerdo de la cantidad de sangre que yo tuve pegada en los mulos, en esa ocasión la llavera llegó y porque nosotras empezamos a pedir agua para bañarme de nuevo, la llavera llegó y dijo: “Qué es lo que están pidiendo allí?” La presa común le dijo: “Las políticas necesitan que pongan el agua.” Y ella le dijo: “…..” y ella cogió la bandeja y le dio a la guardia la bandeja y le dio a la guardia. Vino la guarnición a pegarle. Nosotras estábamos todavía débiles por la huelga del hambre y casi no podíamos meternos en la golpiza y vinieron y ellas le dieron golpes como loco entonces se formó porque ellas creían que debían defenderla. Por ejemplo, estábamos todavía en huelga de hambre, nos subieron y estuvimos en mejores condiciones pero todavía en huelga de hambre y recuerdo que se formó otra entrada de golpes entre ellas. Llegó Kimi Wanky y dice: “Mira lo que logré a rescatar - un pastel que le trajeron a una de allí y nosotras nos fajamos para traérselo a ustedes. Nosotras dijimos: “Mi amor, mira, es que nosotras no podemos comer.” - “Pero escondido!” - “Aunque sea escondido, nosotras no vamos a comer.” Ellas empezaron a darse cuenta de la diferencia entre ellas y nosotras por este tipo de cosas. Aunque fuera escondido, nosotras no cedíamos ni por detrás ni por delante de ellas. Nosotros no les faltábamos respeto, nos sentábamos con ellas y las explicábamos el porque nosotras no podíamos aceptar ningún tipo de comida cuando estábamos en huelga de hambre. Es lo que va ocurriendo cuando se van perdiendo los valores. Es lo que logra el comunismo - la perdida de valores, los valores más importantes de un ser humano, el valor de la integridad personal, el valor de la dignidad personal. En los países comunistas llegó un momento que, yo recuerdo que en la fuga la población estaba tan aterrorizada que estaba dispuesta entregarme. Yo tenía que usar la amenaza para que por lo menos me dejaban ir sin denunciarme. Y me pregunté a mi misma - esta gente me considera su enemigo - el pueblo de Cuba me considera un enemigo de ellos, cuál es la razón de mi lucha entonces? Me dije: “Mira si no tienes nada por que luchar, lucha por tu dignidad.” Y seguí luchando por mi dignidad porque aunque se logre desde el punto de vista físico la libertad de Cuba, lo que queda es un país sin valores. Hay que empezar a reconstruirlo desde la guardería porque el comunismo lo que logra es eso, la degradación de los países. Degrada los valores, degrada los principios. Termina lo mejor del ser humano…hasta expresar el amor por algo llega constituir un peligro para aquello que tu amas porque es lo que pueden usar contra ti. Precisamente lo que tu amas es lo que van a usar contra ti. El amor y el comunismo es…yo te diría que es el abuso mayor porque si amas a alguien, tienes que ocultarlo para evitar que le puedan hacer daño. Es bien triste lo que llega a quedar de tu país cuando comunismo lo toma y lo destruye en la forma que ha destruido a Cuba y muchos otros países del mundo.

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