Následující text není historickou studií. Jedná se o převyprávění pamětníkových životních osudů na základě jeho vzpomínek zaznamenaných v rozhovoru. Vyprávění zpracovali externí spolupracovníci Paměti národa. V některých případech jsou při zpracování medailonu využity materiály zpřístupněné Archivem bezpečnostních složek (ABS), Státními okresními archivy (SOA), Národním archivem (NA), či jinými institucemi. Užíváme je pouze jako doplněk pamětníkova svědectví. Citované strany svazků jsou uloženy v sekci Dodatečné materiály.

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Miguel Ángel Gómez Caboverde (* 1966)

“Yo soy fidelista cueste lo que cueste.”

  • nació el 29 de septiembre de 1966 en una familia campesina

  • pronto después de su nacimiento, su familia se mudó a Guantánamo

  • en 1985 se enroló a la misión bélica en la guerra de Angola, donde pasó 18 meses como mecánico

  • el 13 de agosto de 1986 lo hirió un proyectil y le tuvieron que amputar ambos ojos

  • el 14 de noviembre de 1986 volvió a Guantánamo

  • en 1987 fisioterapia en Guantánamo en el miembro superior derecho

  • 1987-1994 fue presidente de la ANCI (Asociación Nacional de Ciego y de Baja Visión)

  • vivió el Período Especial de los años 1990 con apoyo de la ANCI y apenas lo notó pasar

  • reside en Guantánamo, vive con su esposa, hija y nieta

  • sigue siendo un fidelista convencido

“Nunca me gustó ser militante. Yo soy fidelista cueste lo que cueste, pero no del régimen comunista. Porque el comunismo tiene tantas cosas que no se comparten con la realidad. No se conjuga una cosa con la otra”, dice Miguel Ángel Gómez Caboverde en una entrevista por demás interesante, ya que no refleja la oposición contra el gobierno cubano como se podría esperar, sino a un hombre que hasta hoy en día está manteniendo una fuerte convicción de apoyarlo.

Esa convicción de “ser fidelista pero no comunista” yace en los meros inicios de la Revolución Cubana, en los años 1950 cuando Fidel Castro con sus partidarios luchaba para derrocar al dictador cubano Fulgencio Batista. Todavía en abril de 1959, en el mero año del triunfo de la Revolución, Fidel Castro se negaba abiertamente a ser comunista, y mucho menos su futuro gobierno revolucionario. Cosa, que estaba por cambiar drásticamente, y convertir a Castro en uno de los líderes socialistas latinoamericanos principales.[1] Y fue justo en aquellos momentos de esa decisión política clave, que hicieron repensarse su apoyo al nuevo líder por parte de miles de cubanos, de los cuales muchos se convirtieron en oponentes del régimen o disidentes. Miguel no fue uno de ellos – hasta hoy en día sigue convencido de que “Cuba va en avance”, según como lo dictan los panfletos socialistas oficiales emitidos por el Gobierno.

Jamás me metí en patio ajeno

Miguel nació el 29 de septiembre de 1966 como el quinto de ocho hermanos al carpintero Abigail y campesina Lidia, los cuales después del nacimiento de Miguel abandonaron su hogar en el campo y se fueron a vivir a la ciudad de Guantánamo, donde Miguel reside hasta hoy en día. Según su narración, en su niñez y juventud, Miguel era un chico ejemplar que “jamás se metía en el patio ajeno”. De su infancia recuerda que “el plato de comida nunca nos faltó en la mesa”, y eso incluso, dice ser verdad, durante el Período Especial de los años 1990 cuando Cuba sufría de crisis económica grave causado por la caída de la Unión Soviética y múltiples eventos político-económicos mundiales más.

Presidente de la Asociación Nacional de Ciegos

De hecho, los años 1990 los vivió como un funcionario privilegiado – era el presidente de ANCI, la Asociación Nacional de Ciego y de Baja Visión, que según él “reagrupa las personas con discapacidad visual para aumentar su nivel de vida”. Porque por aquel entonces, a Miguel y su familia se le brindaba apoyo y recursos por parte de la Asociación. “El Período Especial prácticamente lo vimos pasar, pero no llegó hacia nosotros. Pasé necesidades, pero no hambre”, recuerda. Pero Miguel no fue ciego desde siempre – los ojos le tuvieron que ser amputados después de un accidente infortunado ocurrido en Angola.

Misión en Angola

Cuando Cuba intervino en la Guerra de Angola[2], por sus convicciones fidelistas, Miguel se enroló a sus 18 años de edad a la misión militar de forma voluntaria: “Yo estuve de acuerdo con la misión y me fui para Angola”, recuerda. Llegó a la misión africana en 1985 como mecánico: “No me pasó por la mente ser artillero”, agrega. El 11 de agosto de 1986 salió su tropa en caravana y dos días más tarde, el 13 de agosto, una explosión lo hirió gravemente. “De los ocho que habíamos ahí sentados, vivo solo yo. Volé aproximadamente a unos 12 metros de altura”, recuerda. A la hora de ser atendido en el hospital militar, le dio una infección en los ojos y le tuvieron que ser amputados. De vuelta en Cuba se recuperaba en el Hospital Naval y “vivía una vida como un discapacitado normal”, narra. Sin embargo, ni su lesión ni pérdida de la capacidad de vista, ni aquellos 18 meses en Angola (durante los cuales jura no haber visto ningún enfrentamiento militar y dice que “Ahí nunca nos sentimos bajo guerra”.) lo han hecho cambiar la opinión sobre el régimen, de hecho, justo al contrario. Y aunque de la guerra no recuerda ningún evento bélico, eso sí, se acuerda detalladamente de la pacotilla, es decir del comercio ilícito que practicaban los militares cubanos ahí en Angola. “El cubano es fogoso, así que la pacotilla y ese tráfico de mercancía – todo eso es natural en todo cubano”, comenta.[3]

El Partido me recibió muy bien

Cuando Miguel volvió ciego de Angola, sus recuerdos de la reacción de su familia son los que siguen: “Ellos expresaron que no había nada que hacer, porque todo está dicho y todo está hecho”, resume. De hecho, hasta hoy en día lo enorgullece la reacción del gobierno cubano ante su condición física: “El Partido y el Gobierno me recibieron muy bien. Me mandaron un avión para acá, para Guantánamo, y me regalaron un carro y me vendieron un refrigerador, lavadora, batidora, un juego de sala… Todo a costo militar. También una chequera de 450 pesos actualmente, en ese entonces era de 186 y paulatinamente me la han ido aumentando”, da de saber el costo que tuvo su lesión de guerra.

Ceguera real y literal

Y ahí es donde probablemente yace la ceguera (literal) de Miguel ante la realidad cubana del día a día. A pesar de que sí admite que por ejemplo en los Estados Unidos hay una mejor calidad de vida, de la poca calidad de la vida cubana culpa exactamente a los EUA y sus bloqueos “contra nosotros” y que son ellos los que “no dejan pasar la gasolina”. Pero al enumerar las mejorías estadounidenses, rápidamente agrega que “no es un contrarrevolucionario”. Igualmente opina que “los negocios privados deben seguir existiendo”, pero siempre y cuando respeten plenamente las pautas económicas que dicta el estado, es decir que limiten sus precios únicamente a estándar oficial, sin posibilidad de competencia.

Opiniones de Miguel

En cuanto a la posibilidad de libertad del movimiento declara que “aquí uno se mueve pacá y se mueve pallá, sin dificultades” y que “cualquiera se puede ir de este país y no pasa nada”, es decir, así como se lo plantean al pueblo cubano las autoridades locales. Eso sí, Miguel entiende plenamente que haya presos políticos únicamente y solo por la razón de que “han ido a prisión porque han intentado irse de ilegal de Cuba” Ya que, según Miguel, “el que se quiere ir de ilegal, está arriesgando su vida”, opinión que va claramente en contraste con su resumen anterior sobre la libertad del movimiento.

Fidelista incluso cuando Fidel ya no está

Miguel sigue siendo fidelista incluso después del fallecimiento de Fidel Castro en 2016, es decir todavía tres años después de su muerte, y trece años después de su desaparición de la vida pública cubana, siendo sustituido por su hermano Raúl Castro. “Yo el país yo lo siento que va en avance. A paso lento pero en avance. A pesar de las condiciones que en estos días se ha visto paralizado por la situación energética, pero va en avance” narra Miguel como si estuviera citando el boletín oficial del estado. A la hora de indagar dónde yacen esos avances, el propio Miguel va tumbando su discurso en hoyos en las carreteras, en escasez y precios de comida y artículos comerciales, y el único avance que sigue manteniéndose sin derrumbe ideológico, podría ser meramente sólo el turismo.

Período Especial

Vive en una casa de 3 cuartos, la cual la describe como “de buen confort”. La adquirió en el 1992, es decir justo en el mero inicio del Período Especial, cuando la economía “se disparó” y Miguel “hizo una inversión y así la adquirió”. El entrevistador reacciona diciendo: “No Miguel, la economía no se disparó, la economía colapsó”. Por aquel entonces se vivían largas horas de apagones eléctricos, en la mayoría de los hogares no había que comer. Pero claro, Miguel por aquel entonces era el presidente de la ANCI. “No sé, si [en el Período Especial] mis padres dejaban de comer, pero sí se comía en la casa”, recuerda los tiempos que vivió, pero no vio con sus propios ojos.

Economía en avance

La situación económica actual, la cual la describe como “en avance”, en el mismo momento la comenta en cuanto a la alimentación diaria así: “Normal, natural, como muchos cubanos, tienen esos platos de comida hoy. Hoy no tengo porque salí prácticamente a buscar la vida. Pero lo que comemos los cubanos - arroz, frijol y viandas, porque yo no puedo comprar un plato fuerte cada día. Nadie puede.“ Él, su esposa, hija y nieta viven de su pensión de lesionado de guerra: “Yo no he dicho que el salario mío es bueno.” Pero aun así sigue defendiendo el sistema político. Ni él ni nadie que él conozca puede comprar carne a diario: “Tú no puedes comprar cerdo todos los días, porque si compras hoy, no compras mañanas.”  Y lo mismo en cuanto a cualquier otro producto o mercancía: “Si te compras un par de zapatos, no te compras una camisa”. Preguntándole para cuánto tiempo le dura su cota, comenta: “No me dura un mes entero. Invento por aquí o por allá, uno me presta, otro me regala un recursito, y así llego al fin del mes.” Y repito, aún así sigue creyendo que el “país va en avance”. Al final, después de todo el debate, admite que Cuba “puede avanzar en el turismo, pero hay cosas que no tienen avance.”

La censura. ¿La qué?

Llegando las preguntas finales de la entrevista, a la cuestión de si sabe que en Cuba existe la censura, pregunta “¿La qué?”, y cuando le es explicado a que se refería la pregunta, responde: “Bueno no sé, no tengo ese tipo de instrumento y ningún tipo de información al respecto.” Es un hecho que la información la saca de “boletines que emitimos en los centros recreativos de nosotros”, es decir únicamente adquiere información oficial, permitida por el Gobierno, y mucho menos del extranjero. No tiene conocimiento sobre el proyecto de periodismo independiente de Cubanet o de la Radio Martí, financiado por el Gobierno de los EUA y emitiendo desde Miami. De hecho, esa radio de oposición, Miguel se la confunde: “Cómo no? Claro que sí, la Radio Martí yo la escuchaba en cantidad, todos esos programas cómicos que tenía”… A la hora de preguntarle que si sabe que en Cuba hay gente luchando por los derechos humanos, responde: “No, no he escuchado eso nunca”. Y finalmente, cuando le cuestionan si en Cuba hay oposición, reflexiona: “Bueno, he oído decir eso en la calle. Pero nunca lo he visto”.

Cuba es libre

“Tengo mi convicción”, resume Miguel. “Se están viviendo momentos difíciles. Pero batallaremos en lo posible”, añade con convicción y agrega: “Cuba es libre”, frase con la cual muchos de los cubanos no podrían identificarse ni remotamente.[4]

 

[1] Más información en https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-38126553

[2] La intervención militar cubana en Angola, conocida también como la Operación Carlota, tuvo lugar entre 1975-1991 en el marco de la lucha por la independencia angoleña. Más información en https://www.radiotelevisionmarti.com/a/cuba-angola-operacion-carlota-muerte-miles-cubanos/108113.html o https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-45787272.

[3] Otro testimonio de la Guerra de Angola para comparar las realidades, de Ángel Moya: https://www.memoryofnations.eu/en/moya-acosta-angel-1964 o de Guillermo Fariñas: https://www.memoryofnations.eu/en/hernandez-guillermo-farinas-1962.

[4] Numerosas entrevistas que declaran que Cuba es todo, solo no libre, se pueden encontrar en la lista del proyecto cubano: https://www.memoryofnations.eu/en/memory-cuban-nation-instrument-transformation-cuban-society-real-freedom

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