“El mayor que me recibe allá empezó a ofenderme, empezó a decirme cosas brutales. Él me dice: ´¿A ti te vamos como mismo le hicimos a ese negro que nosotros matamos en Holguín, tú sabes quién no´? Le dije: “Sí tú estás hablando de Orlando Zapata Tamayo [activista de los derechos humanos en Cuba, se murió en la huelga del hambre en el año 2009].” Entonces me dice: ´Sí de ese mismo, así mismo te vamos a hacer, no a ti te vamos a hacer peor´. Entonces le dije: ´Ustedes reconocen que Ustedes asesinaron a Orlando Zapata Tamayo´. ´Lo asesinamos y te asesinamos a ti también y a todos los Ustedes que se levantan contra de la Revolución´. Entonces le dije: ´¿Pero de qué revolución me estás hablando a mí, tú crees que es una revolución dónde pegan a la persona por su derecho a predicar la verdad? A dale a conocer las noticias verdaderas a la población, porque por eso es por lo que me trajeron aquí´. Me dice: ´A mí no me interesa por lo que te han traído a ti, ye te lo estoy advirtiendo, quítate o te quitamos´. Y yo dije: ´A bueno, pues me vas a tener que quitar, porque yo nunca me voy a quitar, yo nunca voy a abandonar la oposición, porque yo soy y seré siempre un anticomunista y por tanto y demás si a mí me toca pasar por lo que pasó Orlando Zapata Tamayo, pues bueno ahora hagan lo que Ustedes tengan que hacer conmigo´. Entonces en ese momento me metieron para la celda y me retuvieron allí 72 horas”.
“Me dice: ´Viste? Si tú quieres seguir así, ve, sigue yendo a Holguín [cuidad en Cuba] que vas a venir muerto´. Entonces no respondí, porque ya me estaba sintiendo bastante terriblemente mal, de aquellos golpes, mi vista en este momento se estaba nublando, estaba con algunas situaciones que me sentía el cuerpo de mareo y dolores terribles. Y en este momento él me entrega la mochila y yo abro el zipper de la mochila y veo que estaba mi teléfono y la memoria. Y le digo: ´Bueno, que milagro, pensé que Ustedes se iban a robar las cosas como siempre nos las roban, como siempre lo hacen contra nosotros´. Entonces me dijo: ´No hay necesidad de hacer esto en este momento´. Yo le digo: ´Bueno´. Y me dice: ´Ya te puedes ir´. Le digo: ´¿A sí, no me vas a detener, detenerme aquí encerrado´? ´No, lo que tenían que hacer contigo ya se hizo´. Es decir, burlándose también de la terrible golpiza que me habían dado y las condiciones en cuales me habían dejado estas personas. Estoy seguro de que él había de haber notado el apeste que yo traía arriba, terrible, de que me había yo orinado arriba de mí, de la caca que había hecho yo por la golpiza que me habían dado. Y en ese momento ya me soltaron, yo salí caminando del Punto con el dolor tremendo, en mi costilla, en mi pecho, en el hígado, me dio fuertemente que hasta hoy todavía este dolor lo siento, de la parte donde está el hígado de este fuerte golpe que me dieron allí”.
“Llego un día acá a la casa y me encuentro con que la bandera cubana, esta bandera pequeñita de papel que le dan a todos los cubanos en su cuadra, en su barrio, en sus comunidades, para que el día 26 de julio, cada cual la ponga en su casa, como es la retórica de este sistema totalitario. Llego un día bastante estresado del trabajo, de niña con mi cuerpo que prácticamente ya no tenía ni fuerza, y me tocó que hay bandera cuando abro la puerta, en el piso. Yo recuerdo que desde niño me enseñaron cuando la bandera cae al piso, esta bandera está ultrajada y había que quemarla. Yo ya conocí en aquel tiempo de aquellos hermanos 75 en prisión que fueron en 2003 [los 75 prisioneros de conciencia condenados en la Primavera Negra], de aquella situación que estaban pasando aquellos hermanos, que todavía en 2006 muchos de ellos seguían estando en la prisión, pasando terribles situaciones en la prisión. Recuerdo que dejé la bandera dónde estaba, seguí hacía donde mi esposa tenía la pintura de los ojos y los labios. Cogí un lápiz de pintura negra de sus ojos y pinté las franjas blancas de la bandera en negro. Salí para afuera de la casa, la puse en el dintel de la casa. Recuerdo que la pegué del dintel de la casa y al costado de la pared puse en número grande ´75 libertad´”.
“Esa fue la gran tristeza hermano, la gran iniciación que me dio a mí de ahí para adelante el valor de empezar a enfrentar las autoridades y al régimen de este país. Ahí fue dónde entonces en la noche del día que se cumplió las 72 horas que estuve en mi casa, donde recibí la visita de un matrimonio Luis Sergio Núñez y Dámaris su esposa [oponentes activos del régimen en Cuba], que en aquel tiempo ellos dirigían el 'Grupo Cuba', si mal no me equivoco de mencionar este nombre. Y ahí empecé a saber, que es lo que era oposición porque ellos me pidieron de que yo les hiciera la anécdota, de porqué yo había estado detenido y porqué esta problemática con el mayor este. Ellos conocían a través del vecino mío todo lo que había pasado, el vecino mío había hablado todo como había pasado los hechos y entonces ahí fue mi primera vez, donde yo pude tener una comunicación con la televisora de la Radio Martí. Ahí con la Radio Martí denuncié toda la situación que ha pasado conmigo, las situaciones que el régimen en este momento había hecho pasar. A partir de ahí yo me comprometí con esa pareja de que pueden contar conmigo, porque yo era un anticomunista y lo digo aquí sin que me quede nada por dentro. Si esto puede llegar a ser un día de mi muerte, como tantas veces he sido perseguido, después de haber tomado esta decisión, siempre le dije que yo siempre voy a ser anticomunista y que a partir de este momento yo iba a luchar por los derechos humanos en este país, para que además a ningún joven pasará lo que a mí me había pasado.”
“Yo quería ver una Cuba nueva, democrática y libre, donde verdaderamente los derechos humanos del ser humano se respetaban”.
Yoandris Gutiérrez Vargas nació el 6 de septiembre en Bayamo en Cuba y viene de una familia pobre. Cuando Yoandris era todavía el bebé, su madre lo abandonó por las condiciones económicas difíciles y lo criaron sus abuelos paternos. La situación socioeconómica y su propia experiencia con la injusticia del régimen comunista en Cuba lo trajo a la oposición interna, lo cual ha sido la razón de las detenciones y los ataques violentos incontables contra su persona, causándole problemas de la salud con consecuencias hasta el día de hoy. Yoandris pasó tres años en la cárcel “Las Mangas”, donde estableció alianza importante con otros presos políticos y opositores. Saliendo de la cárcel seguía luchando contra el sistema comunista. Actualmente se dedica al activismo por los derechos humanos, es presidente nacional del “Impacto Juvenil Republicano”, vicedirector del “Partido Republicano de Cuba” y miembro de la organización “Alianza Democrática Oriental”. Yoandris se enfoca en los talleres para los cubanos jóvenes, los cuáles señala como la esperanza para la democracia en Cuba. Tiene un hijo y con su esposa Annia Peralta Zapata, igual activista de los derechos humanos, reside en Bayamo.