“Yo jamás en mi vida había participado en una manifestación, ni siquiera en un desfile, porque yo no iba a los desfiles que son obligatorios en Cuba, estos del régimen, yo nunca iba a nada de eso. Ya te dije que soy medio claustrofóbica, y no me interesaba. Nunca fue al Primero de mayo ni escuelas al campo, yo no fui a nada de esos desfiles. Y entonces, el 26 de noviembre, ya estábamos al tanto con lo que estaba pasando con San Isidro, con Luis Manuel. Estábamos en medio de la función de Hembra que era un estreno que estábamos haciendo en La Habana, que yo soy la productora. Y estábamos viviendo toda aquella etapa creativa con el dolor también de saber que había otros artistas. El 349 era aquel artículo terrible que estaba afectando e iba a afectar a muchos artistas, que no importa si pasaron por la academia o no. Es decir: ¿Quién le dice a Benny Moré que el 349 no le iba a permitir hacer música?”.
“Terminé mis estudios. La escuela de Instructores de arte fue una traición. Yo al menos siento que es una traición. Yo soy de la primera graduación. Yo me sentí traicionada en el sentido que primero era que estaban formándonos para trabajar con el Movimiento de artistas aficionados en las Casas de cultura. Y luego, en el segundo año ya, recuerdo que cambió todo y entonces ya nosotros lo que íbamos era ya a dar clases en todo tipo de enseñanzas, en escuelas primarias, secundarias y teníamos que hacer, en mi caso, cinco años de servicio social”.
“En las escuelas, los libros de texto de las escuelas primarias, están llenos de lecturas, no sé ni siquiera si llamarles patrióticas, porque patrióticas sería hermoso. Políticas intencionadas. Yo tengo terribles lagunas en la historia. Yo creo que, de la historia de Cuba, ya un poquito he ido aprendiendo después, pero cuando yo terminé mis estudios primarios y secundarios, yo de la historia de Cuba no sabía prácticamente nada. También tuve mala suerte porque casi todos mis profesores de historia eran alcohólicos, viejitos ya. Entonces, son libros, así como, manoseados, que no te cuentan nada y uno tiene que después ir buscando la información. Indiscutiblemente las escuelas son un adoctrinamiento”.
“Mi abuela era la única católica en mi familia. Sufrió mucho porque, ella para que su hijo mayor pudiera ir a la universidad en Rusia, ella tuvo que renunciar a la iglesia. Cuando triunfó la Revolución los católicos y mucha gente, fue despreciada porque iban en contra de los estatutos del Partido Comunista. El Partido Comunista de Cuba no asimilaba ni católicos, ni homosexuales. Entonces, para que su hijo pudiera ir a estudiar en la universidad de Rusia, porque mi abuela era una persona integrada al trabajo, trabajaba en un hospital, ella tuvo que renunciar a la iglesia, en un pueblito pequeño, donde la iglesia está en el centro, la parroquia y tuvo que dejar de ir, y explicar que en la familia no había nada religioso”.
Tengo terribles lagunas en la historia de Cuba. Indiscutiblemente, las escuelas cubanas son un adoctrinamiento.
Dayana Prieto Espinosa nace el 18 de julio de 1985, en el municipio Báguanos, enclavado en la provincia Holguín, República de Cuba. Creció en el seno de una familia católica, humilde, rodeada de trabajadores de Central azucarero. Su padre fue instructor de arte y su madre técnica de laboratorio. Siempre estuvo vinculada al Movimiento de artistas aficionados de Casas de cultura en su pueblo natal, en el cual vivió hasta la edad de 15 años. Siendo adolescente, renunció a ser miembro de la Unión de Jóvenes Comunistas, ya que veía las injusticias que se cometían en Cuba. Siguiendo los pasos de su padre, estudió también la carrera de Instructora de arte, en la especialidad de teatro, realizo su Servicio social en cinco años y de ahí pasó a estudiar Producción de audiovisuales en la Universidad de las artes. Residió cinco años en Italia. Debido a que es la esposa de Yunior García, también recibió amenazas por parte de la Seguridad del estado, por lo que tuvo que emigrar del país el 16 de noviembre de 2021, rumbo a Madrid, donde vive actualmente