Héctor Luis Valdés Cocho

* 1991

  • “Ellos [el régimen] tienen miedo. Ellos tienen miedo, porque por primera vez en la historia se reunieron más de 500 jóvenes en las afueras de una institución estatal, una institución del régimen cubano, para exigir que se escuche, que se escuchen nuestras voces. Yo pienso que San Isidro se convirtió en una llama. Se convirtió en una chispa de lo que propagó esta llama. Era tanta la indignación que sentíamos toda la comunidad artística, intelectual, periodística y la sociedad civil en general, era tanta la indignación que sentíamos por este nivel de agresión a 13 jóvenes que protestaban de modo pacífico, exigiendo la libertad de un amigo, y el cierre de las tiendas de Moneda Libremente Convertible que es algo inaccesible para el cubano obrero, para el cubano que está del sol al sol buscando el diario de su casa… Era tanta la indignación producida que sembró esto. Vino la concentración de 500 jóvenes, todos intelectuales, todos artistas, todos periodistas, o sea, no había ni un muchacho delincuente, no había un asesino, todos éramos intelectuales, artistas o activistas o periodistas, exigiéndole a una institución del Gobierno, que por favor nos escuchara. Que nos escuchara, que teníamos que conversar. Algo se estaba descomponiendo y teníamos que arreglarlo. Entonces, de modo pacífico creamos un caos, creamos un nervio, un miedo al régimen cubano, y es lo que ha traído consigo después de ese 27 de noviembre [de 2020] toda esa ola de represión y agresión hacia esos 30 muchachos que entraron al diálogo y, independientemente de los que tengan que ver también, con los colaboradores, los que estén cerca del Movimiento San Isidro”.

  • “Yo me siento libre. No me siento parte de ese secuestro de identidad. Me duele. Me duele que me hayan secuestrado mi bandera, me hayan secuestrado mi escudo, mi tierra, mi palma, mi tocororo, mi mariposa. O sea, me duele que me hayan ultrajado todos mis símbolos, y no me den la posibilidad de amarlos y de adorarlos por el simple hecho de pensar diferente”.

  • “La juventud cubana está haciendo un rechazo total al castrismo. La juventud cubana está haciendo rechazo al sistema comunista. La juventud cubana y la mayoría del pueblo cubano no quiere un sistema comunista para Cuba porque a lo largo de 60 años solamente lo que ha traído es miseria a la sociedad cubana. O sea, aunque no lo digan abiertamente, aunque seamos pocos las personas que cada día nacen con una voz, que sale la voz al aire y al ojo público para decir ‘basta’, hay personas que sí, en silencio de sus casas, hablando bajito, desean el fin del comunismo”.

  • “Del periodismo independiente al periodismo oficialista, el que realiza un verdadero trabajo de periodista, es el periodista independiente. Pese a la censura que da el Gobierno a esos noticieros independientes, estamos hablando del caso de ‘14 y medio’, o ‘Cubanet’ o ‘Diario de Cuba’ que son las agencias que están censuradas por el Gobierno cubano. Pero el oficialismo… Es que en ninguno de los dos hay una libertad de expresión. Ni en el periodismo oficialista, ni en la prensa amarillista, ni en el periodismo independiente. En ninguno de los dos hay libertad de expresión. ¿El por qué? El periodismo independiente, por ser un periodismo, lógicamente, independiente, que no se rige por ningún partido, que simplemente hace un periodismo sin censura, sin tapar eso para sacar lo otro. Periodismo independiente da las noticias tales como son. Y por ese motivo censuran y acosan el periodismo independiente, privándolo de todo el tipo de derechos. Periodismo oficialista también sufre la libertad de expresión. ¿El por qué? Porque tienen que convertirse en un vocero del único partido, que es el Partido Comunista, estamos hablando del periodismo del periódico Granma. El periódico Granma lo dice: órgano oficial del Partido Comunista de Cuba. O sea, no eres una prensa, eres un órgano oficial de un partido. La prensa el libre. Tú puedes crear un artículo porque eres periodista. El periodismo es imparcial, no es parcial. Y lo estamos viendo en el caso de periodistas oficialistas como Humberto López o Rafael Serrano, siguen un guion puesto en una mesa, y ellos tienen que decir lo que les dicen sus jefes. O sea, tú no eres ningún periodista, tú eres simplemente un vocero de algo que mandamos a decir. O sea, en los dos lados – en el periodismo oficialista, y en el periodismo independiente, ambos sufren la libertad de expresión”.

  • “Yo soy una continuidad de un clandestinaje que se produjo antes del 1959. Yo soy un clandestino en el siglo XXI, o sea, en el 2020. Y efectivamente, yo soy la continuidad histórica de los ojos abiertos de la Universidad de La Habana. Yo digo que la Universidad de La Habana abrió los ojos al dictador Fidel Castro, le abrió los ojos a miles de jóvenes que estuvieron en esta etapa en la Universidad. Y me los abrió a mí y a muchísimos jóvenes que ahora somos clandestinos en nuestro propio país”.

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    Cuba, 15.12.2020

    (audio)
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Me duele que me hayan secuestrado a mi Martí. Pero hoy, mañana y siempre aquí estaremos por una Cuba libre

Héctor Luis Valdéz Cocho
Héctor Luis Valdéz Cocho
zdroj: archivo del testigo

Héctor Luis Valdéz Cocho es un periodista independiente cubano nacido el 20 de enero de 1991 en La Habana. A sus 29 años de edad, transcurridos cuando se realizó la entrevista, ya es considerado por el Parlamento Europeo como uno de los cinco periodistas independientes más influyentes dentro de la isla de Cuba. Su padre en 1994 abandonó el país, y Héctor, todavía en su infancia, se fue a vivir con su abuela por los choques de carácter con su mamá. Durante el Periodo Especial de los años 90, Héctor empezó a vivir cómo se sentía estudiar en un país comunista, con propaganda oficialista y escuelas de campo. Cuando optó por su carrera universitaria, su duda sobre el sistema todavía aumentó. Finalmente ingresó a la Facultad de Comunicación Social en la Universidad de La Habana. Durante de sus estudios, empezó a publicar artículos críticos en su blog ‘Alza tu voz, Cuba’ de forma anónima, y cuando la Seguridad del Estado descubrió su autoría, vivió humillación, interrogatorios en Villamarista, rechazo y actos de repudio, los cuales, de hecho, fueron moldeando su personalidad de un periodista independiente. Sigue viviendo en La Habana con su pareja Raúl.